En Perú no existe la piedra Turquesa, en cambio tenemos nuestra hermosa Crisocola muy conocida, con colores vibrantes y que se parece mucho a la Turquesa, y es confundida muchas veces. De allí viene el nombre de la colección Turquesas Cholas, siendo la palabra «cholas» un distintivo del nuevo peruano orgulloso de su mezcla de razas y de nuestro origen Andino.
Así nuestra Crisocola marca el camino de las formas del dije con su carácter único y telúrico, utilizando a la madera y al diseñador para expresarse.
Este grupo de collares están trabajados con maderas recicladas, en el caso de la colección Turquesas Cholas II es una madera que se llama «Guayacán» que ha sido recolectada en la ciudad de Lima, es una madera que fue usada en pisos; que fue sacada para ser reemplazada por algún vinil y luego a la basura.
La recolección del material la hacemos nosotros mismos en muchos casos; en carpinterías, aserraderos o en la misma calle. La razón es dar una segunda oportunidad a la madera o a otros residuos de la ciudad.
Desde el 2002 venimos trabajando con materiales naturales, biodegradables, residuales, que no atenten contra el medio ambiente y claro nuestra cadena productiva también está alineada en este sentido.
Los collares de los dijes son una mezcla de algodón Tangüis y pyma, trenzado como antiguamente se hacía. (Trenza andina precolombina)
Los ganchos de cierre son de aluminio y artesanales.
El algodón Tangüis es único en su clase. Esta fibra es altamente absorbente pues absorbe y libera rápidamente la transpiración, además es capaz de retener 24 a 27 veces su propio peso. Blancura, resistencia y suavidad son algunas de las principales características del algodón Tangüis.
El algodón Pima es originario del Perú. Esta fibra posee unas extraordinarias características, lo que hace posible la producción de hilados uniformes y resistentes.